“La ciudad ira bien si se reducen y transforman todos y cada uno de sus espacios sin sentido, todos sus terrains vagues, todos sus brown fileds”. Así introduce Pascal Maragall el libro de Richard Rogers “Ciudades para un pequeño planeta, 2000”.

Un solar abandonado es una imagen negativa para la ciudad reveladora de una mala gestión del territorio cuando hoy en día se consideran cada vez mas los conceptos de sostenibilidad o de huella ecológica. A primera vista resulta difícil entender porque se encuentran terrenos desaprovechados en pleno centro urbano donde faltan los espacios verdes, donde ciudadanos viven en casas restriñidas, donde enclaves de grava y basura generan una imagen negativa de insalubridad al paseante. Sin embargo estos sitios son oportunos para generar nuevos espacios de uso público o medio publico, involucrando los vecinos en la vida social del barrio. Así una solución jurídica para agilizar el uso en autogestión de estos suelos desaprovechados fomentaría una cohesión social entre los habitantes de un barrio y mejoraría el medio ambiente con un involucro mínima de las administraciones públicas.

La idea de huerto urbano no es una propuesta nueva. Desde los 70 unos activistas empezaron a usar las numerosas parcelas y edificios medio derruidos de Manhattan para sembrar huertos; hoy en día el ayuntamiento de Nueva York apoya la creación de nuevos huertos de tal forma que la ciudad cuenta más de 700. En Francia aparecen en el siglo XIX los jardines obreros, les gestiona la ciudad y tienen por vocación de mejorar la calidad de vida de los obreros garantizándoles un equilibrio social y una cierta autosuficiencia alimentaría. En las entradas de las ciudades se aprovecharon los numerosos kilómetros de franjas residuales que bordean los carriles de tren para implantar huertos.

En cambio parece que en España la idea de huerto se ha quedado más cantonada al mundo rural. Quizás el freno mayor para la implantación de huertos en una ciudad como Madrid es la carencia de aguas pluviales para garantizar un auto riego autosuficiente. Pero este problema en casco urbano es relativo, se podrían usar aljibes de gran capacidad, a parte que regar estas parcelas implica cantidades menores si pensamos al agua gastado diariamente para limpiar las calles o a los18.000.000 metros cúbicos de agua usados según attac Madrid para regar los campos de golfs de la ciudad. Hay de notar también que el fenómeno del éxodo rural es más joven en Madrid que en Nueva York o en grandes ciudades del norte de Europa, lo que explica variaciones en las costumbres del ciudadano.

Sin embargo a las iniciativas de colectivos varios, de vecinos o de otros más reivindicativos el fenómeno se esta desarrollando en la actualidad de Madrid:

Articulo el pais – Madrid – 31/08/2010.

Artículo 20 minutos Miércoles, 22/09/10

A continuación unos ejemplos actuales en la capital Española:

Esta es una plaza

Esta iniciativa nace del taller “Montaje de Acciones Urbanas”, organizado por los colectivos ‘Urbanacción’ y los milaneses ‘Esterni’ en La Casa Encendida, una da las instituciones culturales de Madrid . En este taller usaron un solar del centro de Madrid abandonado del ayuntamiento para abrir lo al publico.
Al cabo del experimento, los participantes del taller junto con los vecinos alcanzaran fortalecer un sistema de gestión, lo que les permitió revindicar el uso del solar a las administraciones públicas y al final obtener la concesión del solar para el uso vecinal y publico.
La finalidad era generar un espacio público de intercambio cultural, donde se pudiera involucrar la vecindad. Se organizaron actividades muy variadas. Hoy en día al entrar en el solar vemos que lo que más continuación ha tenido es el Huerto. Después casi dos anos de su creación, a pesar del gran esfuerzo de consolidar un proyecto, el solar debe todavía reforzar sus actividades y seguir definiendo sus marcos y usos.

La Huertita de Tetuán

Un grupo de vecinos de Tetuan consiguieron el permiso de los dueños de un solar vació en venta para cultivarlo. De esta manera han empezado el desarrollo de un huerto urbano ecológico en el centro de Madrid.


El solar de Olivar 48


Olivar 48 ha sido un espacio social durante casi 7 años, construido en el vacío de un solar, el de la calle Olivar nº 48 que le dio nombre. La idea detrás del proyecto era (y es) que hay que recuperar los solares —cerrados durante años y años— y devolverlos a la vida de la ciudad.
En realidad, estrictamente hablando, ha sido más un devenir y la materialización de un deseo de hacer en común de un grupo amplio y algo difuso de personas, que un proyecto.

En el ano 2009 la puesta en marcha de la construcción de una escuela infantil motiva al desalojo del solar y de sus actividades.

Calle de Antonio Grilo

Tanto grupo ocupa como centro social autogestionado, el Patio de Maravillas propone un Plan Urbanístico Alternativo para el barrio de Malasaña. El solar de Antonio Grillo aparece en este plan como “parque/jardín”. Todavía, este espacio no parece suficiente estable, dado que su futuro depende de discusión entre el grupo de presión gestor de la iniciativa y los representantes políticos del distrito. Pero nuevos usos, incluyendo un huerto se están encontrando y desarrollando en este sitio.

Tabacalera

El edificio de la Tabacalera pertenece al ministerio de cultura el cual proyecta construir en su recinto un centro de artes visuales. Frente al retraso del inicio de las obras, y a la larga reivindicación de uso del espacio por múltiplos colectivos, el ministerio ha permitido el inicio de un experimento. A través de asambleas, el ayuntamiento con un cierto control y un involucro mínimo deja a colectivos varios de Madrid el edificio en Autogestión. Parece que esta experiencia es un gran existo tanto en el funcionamiento del centro como en el impacto mediático de la operación. El huerto es solo un ejemplo de las muy múltiples actividades que se desarrollan allí dando un nuevo aire a todo un barrio. Ya el fin de este experimento se esta acercando y esta abriendo muchos debates importantes para la ciudad y el ciudadano.



Guerrilla gardening

Este colectivo se centra mas en el acto de colonizar pequeños trozos de ciudad que no llegan a ser propiamente parcelas sino laterales de caminos, macetas sin verde, esquinas de plazas…para poner un poco mas de naturaleza en la ciudad.
C.G.